El solenodon o almiquí de Cuba (Solenodon cubanus) es uno de los pocos mamíferos venenosos que existen, además de ser un fósil viviente.
Características
El solenodon de cuba puede llegar a medir hasta 53 cm, bastante más que sus parientes vivos más cercanos (topos, erizos y musarañas). Es una de la dos especies de solenodon que existen en la actualidad, la otra es el solenodonte de La Española (Solenodon paradoxus). Es un fósil viviente porque apenas ha cambiado desde la época de los dinosaurios. Su físico se asemeja al de una musaraña de gran tamaño: cuerpo grueso y alargado, patas cortas con garras muy desarrolladas, cola larga y una cabeza grande con ojos muy pequeños y un hocico alargado. Pero a diferencia de estos animales, el solenodon tiene un pelaje más largo.
El almiquí es principalmente de color pardo, rojizo o negro, aunque se pueden encontrar ejemplares con un color más claro. Por otra parte, las patas, las orejas y el hocico son rosados.
¿Qué come el solenodon?
El almiquí es un mamífero carnívoro que se alimenta de insectos, lombrices, crustáceos y algunos anfibios y reptiles pequeños. Al cazar, usa su gran olfato para buscar alimento y cuando lo encuentra utiliza sus poderosas garras para escarbar el suelo. Además, tiene los dientes huecos (al igual que las serpientes venenosas) por donde fluye una saliva con toxinas que inmoviliza a sus presas, la usa para los animales más grandes.
Hábitat del solenodon
Como su nombre científico indica, es una especie que se encuentra en la isla de Cuba.
El almiquí habita en bosques húmedos montañosos, con mucha vegetación. Es un animal solitario de hábitos nocturnos, se asusta con facilidad y es un poco torpe. Suele vivir entre las rocas o troncos caídos.
Es una especie muy rara y se encuentra en peligro de extinción. Esto se debe a su baja tasa de reproducción, a la introducción de especies como los gatos o las mangostas (que los depredan) y a la pérdida de hábitat a causa de la actividad humana.